¡Buenas!
Hoy quería compartir con vosotros una reflexión.
Hoy en día, la gente se espabila como puede o le dejan. Hay gente, dispuesta a hacer bolos (ya sea en teatro, danza o música) por cantidades ínfimas o gratis y en condiciones pésimas. Hay que proteger el gremio o la profesión de artista, para que no haya empresarios o contratadores que ofrezcan abusos de este tipo.
También observo que hay mucho pseudoartista, que se dice cantante o actor o músico con poca o ninguna formación artística.
Elpasado viernes interpreté un papel en una obra de teatro profesional con el grupo Taula Rodona Teatre. Era un papel corto, con poco texto pero con mucha presencia… Y en cierto momento, me sentí un intruso por estar desarrollando un rol que no es el mío: el de actor.
Luego pensé que he leído muchísimo sobre teoría teatral, sobre historia teatral; desde maestros en escenografía hasta tratados de dirección escénica; desde Brook a Puigserver, pasando por Marsillach, Brecht, Stanislavski, Chejov y Meyerhold. Que trabajo mucho mi cuerpo tanto estático como dinámico. Que voy a clases de técnica vocal para dominar el uso de mi voz. Y que había dos directores dándome instrucciones sobre cómo hacer un gesto o cómo pronunciar una frase (y que el día del estreno, le di más matices de los que creía que tenía).
Y después de esta reflexión, me digo: sí, hay que proteger las profesiones y las formaciones artísticas… Pero no todo se aprende en el aula. Hay que trabajar al máximo el rendimiento de cada uno: trabajar su cuerpo para dotarlo de la máxima libertad y eficiencia para interpretar, bailar, cantar o tocar. Pues es básico para estar al máximo nivel.
Así pues, os invito a investigar, a leer y descubrir; que los profesores no sean los únicos mentores de vuestro aprendizaje, sino que seais los primeros responsables de este proceso.
¡Salud y mucho arte!
Pienso que las escuelas de ARte Dramático son el mejor y más eficaz medio para aprender «lo» que debes hacer, pero sólo en la vida profesional aprenderás «cómo» debes hacerlo.