Buenos días y felicidades músicos!!!
Hoy, 22 de noviembre, se recuerda la muerte de Santa Cecilia, patrona de los músicos.
Quería reactivar mi actividad en la web con otra entrada, pero debido a este festejo lo haré con esta otra.
Este fin de semana estuvimos, con el Cor Ciutat de Mallorca, cantando los coros del musical de Los Miserables, junto a una serie de jóvenes solistas y de la Banda Municipal de Música de Alcúdia. Creo que teniendo en cuenta el presupuesto de este espectáculo, salió una función muy apañada. Sin embargo, me sorprendí el domingo entre respiración y respiración y entre nota y nota, me sorprendí analizando las posturas de los diferentes intérpretes: desde los músicos a los solistas, pasando por el director.
Digo que me sorprendí, porque normalmente, ya tengo suficiente trabajo con lo mío, pero esta vez me sentí tan cómodo que me permití dar un paso más… Éramos alrededor de 100 intérpretes encima del escenario: unos 40 de la banda y unos 60 del coro, más los solistas, etc. Y el espacio en el escenario era reducido, con lo cual: el primer violonchelista casi tocaba a los solistas con el arco, los trombonistas casi se pegaban codazos al mover la vara, los coristas bien apretujados, igual que el resto de músicos.
A parte de las condiciones del espacio, que son muy importantes, voy a intentar analizar la adecuación que cada uno hizo de su espacio:
- Como a menudo pasa, el llevar partitura para poder leer, es un factor negativo para la higiene postural a la hora de cantar, si no se controla la posición de la cabeza; lo cual nos puede llevar a poner tensiones en el cuello. Tanto coristas como solistas, tendieron a tener la «chuleta» demasiado baja:
- La regulación de la altura de los micrófonos de los solistas. Evidentemente, la cara tiene que quedar a la vista… Pero si la posición del micro, nos lleva a adelantar la cabeza (junto con el atril, que nos obliga a bajarla), rompemos la columna del aire y la emisión del sonido va a perder calidad, brillo y armónicos.
– El director de orquesta, Jaume Garcia, se desenvolvió con un muy buen movimiento de brazos y muy buena expresividad. A valorar, qué tal están sus cervicales, pues abusa un poco de la extensión cervical alta y de la flexión cervical baja.
– La respiración en el canto, también en los musicales, precisa la respiración llamada diafragmática o abdominal. En un concierto como este, en el que no había coreografías ni bailes que pidieran una buena condición física y que no aceleraran las pulsaciones para exigir una respiración más superficial y costo-superior, era asequible mantener el aire más abajo llenando bien los pulmones. Punto a trabajar por algunos de los compañeros.
Y nada, esto es todo. Desearos un feliz día del músico. Que la vida sin música no es lo mismo, y cada momento tiene su banda sonora.
Hasta pronto y recordad, que os vigilo…. para el bien de la salud en las artes escénicas!! 😉