¡Buenas!
Vamos a empezar un ciclo de entradas sobre hábitos saludables en artes escénicas: cosas que se hacen, cosas que no se hacen y cosas que podrían hacerse mejor….
Hoy veremos el calentamiento antes de la actividad artística, en distintas modalidades. Pero antes, veamos para qué sirve calentar:
– Prevención de lesiones en el sistema musculoesquelético. El hecho de movilizar articulaciones y contraer músculos en ciertas posiciones, permite la buena activación de las uniones osteotendinosas y miotendinosas, que están listas para acortarse y también, para sufrir estiramientos.
– Mejorar el rendimiento. Si se coge el trabajo de una hora, observaremos que el trabajo realizado al principio es más pobre, pues se están aún activando los músculos. El trabajo del final, también se ve disminuido debido al cansancio del músculo (que necesita hidratarse y oxigenarse). Así pues la práctica más efectiva es la que queda en medio, pues los músculos ya calentaron y aún, no se agotaron.
Ahora sí, vamos a ver el calentamiento en distintas disciplinas:
– Los músicos: la gran mayoría no calienta («calientan» sólo su instrumento cuando lo afinan, pero no su cuerpo). Los que calientan, suelen hacer estiramientos autopasivos de ciertos músculos (lo cual, lleva a una relajación muscular, en lugar de la activación, que es lo que se pretende). Así pues, ¿cómo deberían calentar los músicos?
Lo primero sería con movilizaciones articulares, ya sea con circunducciones, flexoextensiones o lateroflexiones de dedos, muñecas, brazos, hombros y cuello. Seguiríamos con respiraciones conscientes diafragmáticas con activación del transverso abdominal. Para instrumentistas de viento, calentar labios (haciendo pedorretas), paladar (haciendo la R y desplazando la lengua por el paladar) y lengua (doblándola y moviéndola).
Seguiríamos, haciendo estiramientos en tensión activa. Éstos provocan un aumento de temperatura en la zona, lo cual mejor la viscoelasticidad (propiedad característica del músculo). ¿Cómo se hacen? Pues lo primero que se hace es una contracción isométrica del músculo que se quiere estirar (se contrae el músculo sin que provoque un movimiento) y se va llevando ese músculo al estiramiento, con lo cual, la contracción isométrica, pasa a ser excéntrica (las fibras del músculo se activan, mientras que éste se estira). Vamos a ver unos cuantos:
Estiramientos de los miembros superiores
– Los cantantes: suelen calentar la voz, pero…. ¿y el cuerpo? Si uno tiene la suerte de poder acercarse por los camerinos de un teatro antes de una función (o un concierto, no todo pasa por el mundo lírico), podrá escuchar los cantantes haciendo escaleras y trinos de notas en distintas posiciones (suelen empezar por las más graves de su registro y van subiendo). El problema lo encuentro en: ¿han calentado antes sus músculos respiratorios para sacar ese aire? ¿Y la lengua, los labios y los músculos faciales que se usan para entonar o hacer resonar los diferentes sonidos creados por las cuerdas? La respuesta vuelve a ser NO. ¿Que cuál es mi propuesta? Primero, calentar diafragma, transverso y periné (para tomar conciencia del «apoyo») realizando respiraciones propias del canto, pero sin emitir sonido. Abrir y cerrar fuerte la boca. Hacer la R, deslizando la lengua por el paladar, imitar el caballo al galope y hacer pedorretas, para calentar labios y lengua. Empezaríamos a emitir sonidos con la M enfocándolos a los resonadores deseados y a partir de ahí, empezar con las escaleras subiendo y bajando.
Hay que ver además, el movimiento que tiene en escena. No se mueve igual un cantante de rock, que un cantante de musicales, que una folklórica o un cantante de ópera. Para eso, hay que ver los requisitos de la interpretación de cada uno, y adecuar tal vez, otro programa de calentamiento para otros segmentos corporales. Para cantantes de musicales, tendremos en cuenta también el calentamientos de los actores; pues al trabajo cantado, hay que sumarle toda la faena de movimiento escénico, que es muy importante.
– Los actores: suelen tener más conciencia del calentamiento. Pero vamos a ver si lo hacen bien…. Suelen calentar la voz, pero suelen olvidarse de calentar previamente los músculos empleados para la fonación. Así que, de nuevo, calentaremos diafragma, labios y lengua, como acabamos de ver. Suelen también calentar haciendo estiramientos e incluso algunos, corriendo unos 5 o 10 minutos, sobretodo si la puesta en escena es exigente. Los estiramientos que solemos verles hacer, vuelven a ser los autopasivos, con lo cual, lo que consiguen es relajar el músculo, más que prepararlo. Esto vendría siempre mejor, después de hacer movilizaciones articulares e incluso después de trotar esos 5 o 10 minutos que activen los músculos. Esos estiramientos pueden ser los mismos propuestos para los bailarines, si hay escenas de mucha movilidad; añadiendo los propuestos para los músicos, si hay mucha gestualidad o, por ejemplo, para titiriteros.
– Los bailarines: en danza, es dónde más encontramos el calentamiento. Y además, lo toman como algo muy importante y estos artistas pasan mucho rato calentando. Según el tipo de danza, podemos encontrar cosas distintas. He visto espectáculos de danza en los que los bailarines corrían 10 minutos para empezar a calentar. Muy correcto, pero metámonos en lo más importante. El trabajo de la flexibilidad, haciendo estiramientos no debería haverse nunca antes de empezar a bailar. Me explico. Cuando se hacen estiramientos pasivos, el músculo se relaja. Si se hace como parte del entrenamiento (quizás al final), perfecto. Pero como calentamiento, volveremos a utilizar los estiramientos en tensión activa, para preparar esos músculos para saltar, levantar piernas, etc. Veamos algunos:
Estos estiramientos los hago respetando mis grados de flexibilidad. Hay que adecuarlos a cada cual, exigiendo más estiramiento o menos
Evidentemente, estos ejercicios de calentamiento no son sólo para antes de un espectáculo, sino que deberían hacerse, cada vez, antes de ponerse a practicar, de ensayar, etc.
Cuida tu cuerpo y coge buenos hábitos. Tu salud y tu interpretación lo agradecerán.