Cantar es una actividad altamente complicada. El instrumento de los cantantes es el propio cuerpo y la producción de la voz es algo sensacional y perceptivo. La energía del canto es el aire, algo que no se ve, que a su paso por las cuerdas vocales, hace vibrar su mucosa y esa vibración transmitida a los resonantes se transforma en un sonido u otro, dependiendo de la posición de los labios y la lengua.
Una vez que hemos corregido la respiración, la postura y relajado la mandíbula y los músculos del cuello, ¿por qué a veces seguimos sin estar satisfechos de la interpretación?
La respuesta es algo más compleja. Todo lo que pasa dentro de la cabeza, al ser menos visual, es más difícil de controlar. Así pues, me encuentro en el caso que después de haber equilibrado el cuerpo del cantante, de trabajar los músculos que me interesa para el movimiento respiratorio, de relajar el cuello para que la laringe se mueva libremente, veo que los senos craneales, dónde la voz coge resonancia, están alterados.
Trabajando esos senos e incluso enseñando al cantante a hacerlo él mismo, se puede conseguir una mejor interpretación, un timbre más claro y una voz más brillante. De la misma forma que un cuerpo sin tensiones permitirá una resonancia mejor.
Más importante, aún, es relajar las tensiones en los senos esfenoidales en cantantes líricos, puesto que buscan esa resonancia en la máscara y tensiones en las suturas craneales implicadas, alteraría esa resonancia.
Así pues, ¿cuántos cantantes acuden a un terapeuta que les equilibre globalmente? Y no hablo de las mil manipulaciones que pueda hacerles un osteópata cualquiera, sino de las que le hace el terapeuta especializado que conoce de dónde salen los nervios que inervan la laringe, la lengua y que pueda dar el equilibrio y el movimiento normal a ese cráneo para que los resonadores estén en mejor estado.
Este enfoque terapéutico implica un cambio de sensaciones y percepciones del cantante. Pues al principio, se pierden un poco los puntos de referencia, pero con un poco de práctica se volverían a recuperar, ya sin esas tensiones parasitarias.
Cantantes, no dudéis en informaros y exigid personal cualificado; las artes escénicas son muy específicas y hay personal cualificado para ello. No esperes a sufrir dolores, perder una nota o cansarte al cantar, acude a un fisio que te ayude a prevenir y a mejorar. Y si ya es tarde para prevenir, trátate y reedúcate en ese sentido.